viernes, 10 de abril de 2009

BOCA 3 - 1 guarani




Riquelme tiró un lujo en el penal y Boca definió el partido: 3-1 a Guaraní para acercarse a octavos. Palacio y Palermo habían puesto el 2-0 en el primer tiempo. Los paraguayos dieron pelea hasta el gol de Román.

Faltan diez días para el clásico con River, pero Boca antes piensa en la Copa y por eso Ischia puso lo mejor ante Guaraní. Por eso nuevamente hizo jugar a la dupla Palacio-Palermo, acompañados en el medio por el colombiano Vargas, que se recupera de una lesión. Y le dio resultado: el 3-1 sobre los paraguayos lo acerca a los octavos de final de la Libertadores porque sigue con puntaje ideal. Le falta visitar a Cuenca (el 23) y recibir a Táchira (el 30).


Club Atlético Boca Juniors Picando en punta



El último gol, el de Riquelme de penal, fue perfecto para cerrar la noche. Román agarró la pelota con la tranquilidad de siempre y la picó con categoría, dejando en ridículo al arquero. Recién a los 43 minutos del segundo tiempo pudo bajar la persiana ante un Guaraní que siempre dio pelea pese a sus limitaciones. En el juego no hubo tantas diferencias.

Guaraní, que de local había perdido 3-1 con Boca, se olvidó de sus problemas internos y salió bien despierto. Tuvo el control de la pelota y algunas aproximaciones, pero las más claras fueron de Boca en el comienzo del partido. Primero la tiró afuera Battaglia, cuando Palermo pateó desde lejos y el arquero Silva largó el rebote. Luego la tuvo Gaitán con un zurdazo al lado del palo tras un centro.

En tres minutos, con la aparición de sus figuras, Boca se hizo dueño del partido. Simple como suena. Palacio desbordó por la derecha hasta el fondo y metió el centro atrás para Palermo, que sólo tuvo que empujarla a la red. Enseguida vino el 2-0: Martín abrió a la derecha, Riquelme la metió al medio y Rodrigo tocó sin oposición. Estaba casi en la misma línea que el último defensor rival.

Las dudas reaparecieron con el golazo de Paniagua: se filtró entre tres defensores, esquivó a Abbondanzieri y consiguió el descuento. Los paraguayos se fueron al vestuario soñando con el empate. Ischia, que estaba tranquilo, se levantó del banco y sintió los nervios. Su equipo no le daba muchas garantías.

Boca tuvo más la pelota en el segundo tiempo. Riquelme pudo haber metido el tercero mucho antes de los 43: el arquero se la sacó abajo y más tarde definió cruzado afuera. En el penal, una mano inexistente tras el centro del ingresado Mouche, el 10 puso su sello para que los hinchas canten por otra Libertadores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario